Lo reconocí inmediatamente. Una tarjeta de rebote de bala de cañon de uno de mis juegos de mesa favoritos alla por el '92. El BattleMasters. En aquellos tiempos en que los niños jugaban, era costumbre habitual que a los hermanos se les regalaran juegos competitivos para que pudieran divertirse juntos y dejaran de correr por la casa, saltar desde los muebles y esas cosas (ahora sirve con enchufarle a los Lunnies). Entre los varios juegos que teniamos mi hermano y yo, destacaba el que enfrentaba a las fuerzas imperiales Bretonianas contra las hordas del Caos. En efecto seria la cabeza de playa de Games Workshop al mundo del juguete en España. Ya habian abierto brecha con el HeroQuest (en el que los jugadores controlaban a los heroes y una suerte de Master le echaba encima bichos al mas puro estilo Dragones y Mazmorras. Hey, era rol con ficha y todo. Y además miniaturas!) y preparaba la llegada del Warhammer con miniaturas de plastico.
Sobre un gigantesco tapete de plastico se encuentran dos ejercitos. De un lado, el Imperio con sus Lores Imperiales, sus Caballeros Imperiales (bueno, haceos a la idea de que todo acaba con Imperiales ¿ok?), sus arqueros, ballesteros, alabarderos y el Gran Cañon. De otro (y controlado por mi) Gorefist el Saqueador y sus jinetes liderando a los Campeones del Caos, Orcos, Goblins, Hombres Bestia, Arqueros del Caos, Cabalga-Lobos y el Ogro.
Era una gozada ver el suelo de la habitacion ocupado por el campo de batalla de 1,30 x 1,50m lleno a rebosar de peanas con 5 miniaturas cada una (excepto las de caballeria que solo tenian 3). Ademas en la caja venian calcomanias para los escudos de cada unidad y un estandarte para representarlas. Aunque lo ideal era pintarlas (con pinturas Game$ Work$hop, of course) aún sin pintar eran un espectaculo precioso (y seguro que no solo para un niño de 10 años).
Sobre un gigantesco tapete de plastico se encuentran dos ejercitos. De un lado, el Imperio con sus Lores Imperiales, sus Caballeros Imperiales (bueno, haceos a la idea de que todo acaba con Imperiales ¿ok?), sus arqueros, ballesteros, alabarderos y el Gran Cañon. De otro (y controlado por mi) Gorefist el Saqueador y sus jinetes liderando a los Campeones del Caos, Orcos, Goblins, Hombres Bestia, Arqueros del Caos, Cabalga-Lobos y el Ogro.
Era una gozada ver el suelo de la habitacion ocupado por el campo de batalla de 1,30 x 1,50m lleno a rebosar de peanas con 5 miniaturas cada una (excepto las de caballeria que solo tenian 3). Ademas en la caja venian calcomanias para los escudos de cada unidad y un estandarte para representarlas. Aunque lo ideal era pintarlas (con pinturas Game$ Work$hop, of course) aún sin pintar eran un espectaculo precioso (y seguro que no solo para un niño de 10 años).
La mecanica de juego era simple y bastante aleatoria, por lo que el componente estrategico se reducia bastante.
Habia un mazo de cartas con la imagen de las distintas unidades del juego. Cada turno se sacaba una carta y el controlador de esas unidades movia y atacaba (o, en el caso de arqueros, ballesteros movia O atacaba). El ataque se resolvia con los temidos "dados de Batalla" que tenian calaveras, escudos y espacios en blanco. En base al valor prefijado de cada unidad se tiraba esa cantidad de dados. Por cada calavera que sacara el atacante, la unidad defensora recibia un icono de calavera, a los 3 iconos, moria. Sin embargo los defensores tenian la oportunidad de tirar dados tambien. Por cada escudo que sacaran, eliminaban un icono de calavera recibido (o eso te hacen pensar porque en cada dado hay 3 calaveras, 2 blancos y 1 escudo).
Finalmente tanto el Ogro como el Cañon tenian reglas especiales. El Ogro tenia su propio mazo de 6 cartas 3 de mover y 3 de atacar. Cuando le tocaba mover, se barajaban las 6 cartas y se iban mostrando en orden, llevando a cabo las acciones (así si salian mover, mover, atacar, mover, atacar, atacar, podias limpiar medio tablero XD).
El cañon , por su parte, tambien tenia una coleccion de tarjetas propias. Cuando atacaba ponia la tarjeta de objetivo sobre la unidad a la que quisiera cascar y tenia que cubrir la distancia hasta ella encadenando tarjetas de cañon. todas las tarjetas tenian en dibujo del cañon en el reverso, pero el anverso podia mostrar tres cosas. Una bala de cañon volando significaba que la bala seguia su curso, un rebote daba una calavera a cualquier unidad que estubiera en esa casilla y obligaba al jugador a poner la siguiente tarjeta en una casilla adyacente a la del rebote, desviando el tiro (asi aprendio mi hermano a no disparar por encima de sus propias tropas XD) por ultimo, una explosion, bueno, revienta a cualquier unidad que pille debajo.
Si la bala llegaba a una casilla adyacente al objetivo se daba la vuelta a la tarjeta de blanco que siempre mostraba una explosion. Que cabrón el Cañon. Pero aaahmigo, si la primera tarjeta que se mostraba era una explosion, el cañon se recalentaba y la siguiente tarjeta se ponia sobre él aplicando los efectos normales (asi aprendio mi hermano a barajar mejor las tarjetas XD).
El despliegue de tropas tambien era aleatorio, se desplegaban boca abajo unos "tokens" o contadores representando cada unidad y al comienzo de la batalla se sustituian por las miniaturas.
Podria contar mil y una historias acerca de mis batallitas al BattleMasters (que sin duda luego fueron decisivas a la hora de continuarlo con los Lego (recuerdo aquella mitica batalla con catapultas de los Clicks de playmobil usando de municion las perneras del caballero dorado de Acuario)
- La Frase de Hoy: En líneas generales, dirigir a muchas personas es como dirigir a unas pocas. Todo se basa en la organizacion. El Arte de la Guerra, Capitulo V, Sun Tzu.
- Para el que no lo Sepa: Aún conservo al menos una miniatura de cada unidad y tan apañao soy que cuando se nos fueron perdiendo las cartas ideamos un sistema para jugar con la baraja española.
1 comentario:
Ahora entiendo por qué se te da tan bien juego de tronos y colonos, llevas años de experiencia... eso en mi tierra es trampa :P :P :P
Publicar un comentario