Sal con un friki. Queda cualquier  tarde para jugar al Wow con alguien que se gaste su dinero en libros o  cómics en lugar de gafas de sol de marca. Alguien que siga creyendo en  los finales felices de las novelas de aventuras, que muestre luz en sus  ojos al hablar de la primera camiseta de Batman que cayó en sus manos  cuando era un niño.
Encuentra a un chico al que  llamen friki. Sabrás reconocerle porque suelen perderse en bibliotecas y  parques, en Norma Cómics y en foros de internet donde aún se escribe  usando todas las letras del abecedario. Suelen tener blogs donde hablan  de sus pasiones, de sus sueños y sus ilusiones sin ningún pudor a  mostrarse vulnerables, quizá usando algún seudónimo que garantice su  anonimato. Pero no te preocupes; sabrás reconocerle en cualquier  cafetería porque su tazas de café suelen ir acompañadas sobre la mesa  por libros, comics, e-books o portátiles. Si te chocas con él caminando  por la calle ten paciencia: su mente viaja más allá de lo que le rodea, y  seguramente caminase soñando con otros mundos mucho más bonitos que el  tuyo cuando se tropezó contigo.
No pierdas la oportunidad de  conocerle más. Interésate por Kafka, por Tolkien, por George R.R.  Martin, por Reverte, por Dan Simmons, por Cels Piñol, por Humberto  Ramos, por las series de la HBO. Respeta su silencio mientras pierde su  mirada entre párrafo y párrafo, y escucha atentamente sus discursos  entusiastas y acalorados acerca del último capítulo de The Big Bang  Theory. Aprende a compartir su atención, puesto que es imposible luchar  contra esa parte de él mismo que le hace diferente. Únete a sus  pasiones. Pregúntale si prefiere ser un Stark o un Lannister, y  diviértete sintiéndote cómplice de sus sonrisas.
Es muy fácil salir con un friki.  Regálale libros por su cumpleaños, pijamas manchados de sangre de zombi  por Navidad, relojes en código binario por vuestro aniversario.  Comprobarás que, a pesar de tener preferencias materiales exóticas, es  detallista y romántico. Se empeñará en convertir vuestra historia de  amor en una fantasía épica en la que no faltarán enardecidas batallas  con deliciosas consecuencias y celebraciones por todo lo alto para los  héroes vencedores. Te mimará sobremanera y te recordará como Spartacus a  su musa cuando estéis separados; en su mente tan sólo hay una Sura  digna de su corazón. Serás su más preciado tesoro. Su Penny. Su Princesa  Peach. Su Leia.
Pónselo difícil. Ha aprendido  junto a sus personajes protagonistas favoritos que las mejores  recompensas llegan después de los más duros esfuerzos, que no hay  belleza en lo fácil. Luchará por ti hasta llegar a ese capítulo en el  que le entregues tu corazón, porque sabe que merecerá la pena. Como  cuando tuvo que pasarse un escenario entero matando bichos con un  cuchillo hasta llegar a la preciada escopeta.
No tengas miedo de equivocarte.  Todos se equivocan, y él más que nadie lo ha vivido en esos giros  argumentales en los que la razón  del narrador se pierde por algunas  páginas y todo vuelve a su cauce, al cabo de otras tantas.   Sabe que  las princesas de los cuentos a veces ponen a prueba a sus héroes y quizá  no necesiten ser salvadas, como Lara Croft. Que tú, igual que Daenerys o  que Lisbeth Salander, puedes quemar como el fuego cuando te enfadas,  pero que tras tus ardientes emociones se esconde un gran corazón que le  quiere. Que si guarda su cariño igual que guarda las partidas, siempre  podrá volver a intentarlo si su Prince of Persia cae al vacío.
Si te ganas a un friki, mantenlo  cerca. Acostúmbrate al olor a libro viejo, a encontrarte figuritas en  miniatura amontonadas por cada rincón de vuestra casa. A tropezarte con  peluches de Cthulhu entre las sábanas cuando te acuestes, y despertarte  con un chico gritando  entre sueños "NOOO PUEDEEES PASAAAAR" a tu  lado, a media noche. No encontrarás mejor compañero de domingos por la  mañana, cuando te sientes en la terraza a leer tu revista favorita y él  te acompañe tumbándose a tu lado con una paz infinita a leer Sandman.  Aprenderás lo hermoso de los silencios compartidos, la maravilla de  reconocer sus emociones de Peter Pan con sólo una mirada. 
Vuestra casa no se inundará con  el clamor del fútbol las noches de mundial, pero sí con el estruendo de  los persas luchando contra los espartanos, o de los escoceses alzando la  voz y pidiendo libertad. Con la banda sonora de Sweeney Todd. Con la  musiquilla que suena cada vez que aparece el malo del Monkey Island. 
Te pedirá matrimonio en un  escenario que le recuerde al amor. Con suerte será en París, o en Roma, o  en un bosque frondoso y vivo, o bajo un cenador cuajado de jacarandas.  Pero no te asustes si se arrodilla frente a ti en un hotel encantado, o  jugando al Paintball, o en una selva que se asemeje a la Cuenca de  Sholazar, o en un taxi recorriendo la ciudad con una lista de las  mejores fiestas, o en una granja de Texas, o visitando los escenarios  hawaianos donde se rodaron escenas LOST. Nada es previsible con él,  igual que ocurre con las buenas novelas. 
Serás tan feliz a su lado que te  sentirás como Scully y no recordarás cómo era tu vida antes de conocer a  Mulder. Les leerá cuentos a vuestros hijos. Incluso mejor: se los  inventará. Hará de la infancia de los niños algo hermoso y divertido, y  prescindirá de objetos materiales y perecederos para entretenerles  siempre que le sea posible. Les enseñará a soñar, a imaginar, a pintar  la vida de colores mágicos. A decidir por ellos mismos. A no perder el  rumbo que guía sus barcos hasta la isla del tesoro. A creer en la  amistad. 
Envejecerá a tu lado y te seguirá  viendo siempre hermosa. Sabrá mirar más allá de la piel y te amará toda  la vida a pesar de tus defectos o, quizá, precisamente por ellos. Nunca  dejará de ser un niño con mirada de cachorrillo y te acompañará en tus  paseos tranquilos hasta que se le agoten los corazones de la barra de  vida.
Sal con un friki porque te lo  mereces. Te mereces a alguien que pueda darte la vida más emocionante y  divertida posible. Si tú te quedas en la superficie, si te importa el  qué dirán y no eres capaz de valorar lo que de verdad importa y le da  autenticidad a la existencia, quizá estés mejor sola. Pero si quieres el  mundo y todas las sagas que le sucederán... sal con un friki.
O mejor aún. Sal con un friki, como tú.